El 11 de septiembre, en el marco del 3er Congreso Internacional de Comunicación Pública de la Ciencia (COPUCI), en el que se debatieron en diferentes ponencias y charlas el punto de conexión entre la ciencia, la tecnología y la comunicación,  tuvo lugar la mesa “Arte y Ciencia”. En esta mesa, las Licenciadas en Comunicación Social Lucía Stubrin y Sofía Espejo expusieron sus proyectos.

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La primera en realizar su presentación, “De amor y de Odio: Tensiones en la Relación entre Artistas y Científicos en el Laboratorio de Bioarte”,  fue Lucía Stubrin en la que menciona conceptos como los de Biotecnología y Bioarte. A partir de esto, plantea una forma de crear arte que usa la vida para comunicar y que en lugar de transformar el mundo, transforma el propio ser.

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Para desarrollar un poco la idea de su proyecto, define al Bioarte como el conjunto de técnicas y metodologías de las Ciencias Biológicas, como una presentación de lo vivo y utiliza como ejemplo al padre del Bioarte (o arte transgénico), Eduardo Kac, la obra GFP Bunny en la que por primera vez se utiliza a un ser vivo genéticamente modificado como objeto de arte.

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Además cuenta, que en los laboratorios de Bioarte se reconocen coincidencias entre Arte y Ciencia en lo que respecta a la creatividad, la innovación, la observación, la presencia de la realidad, entre otras cosas. Para poder llegar a un cruce transdisciplinar entre ambos aspectos se necesita del conocimiento de un lenguaje específico, particular, que permita desarrollar este vínculo.

Para finalizar afirma que en el desarrollo del Bioarte siempre se va a poner en primer lugar el proceso por encima del producto, para demostrar cómo Ciencia y Arte pueden abordar juntas un proyecto creativo, y cómo científicos y artistas discutiendo sobre arte pueden generar una obra en común.

Luego de la ponencia presentada por Lucía Stubrin, continuó la Licenciada en Comunicación Social Sofía Espejo. En su presentación contó experiencias concretas en cuanto a las formas de comunicar la Ciencia dentro de la Educación Formal.

El tema principal que exhibió en la mesa fue «Las Potencialidades del 1384206_10151760076712991_1380746051_nCuento Infantil como Medio para Comunicar la Ciencia». La disertante comenzó haciendo una comparación entre la Ciencia y la Cultura. Aunque ambas tienen importantes diferencias, según ella, los investigadores y los creadores tienen en común el interés por el conocimiento.

Una de las ideas más importantes a la que arribó fue que el tratamiento que se le da a la ciencia hoy en día tiene mucho que ver con el cambio del lenguaje a través del tiempo. Sostuvo que en el Siglo XIX los textos científicos eran leídos de forma sencilla y sin inconvenientes, pero hoy en día, el lenguaje de la ciencia tiene símbolos, términos, definiciones específicas de dicha materia que se diferencian cualitativamente del lenguaje usado en la vida cotidiana.

Además planteo una diferencia interesante entre la Ciencia y la Tecnología, diciendo que «son dos caras de la misma moneda», pero que aún así tienen diferencias, y que la Tecnología es más como magia, algo rápido, veloz, que nos alcanza fugazmente. En cambio, la Ciencia tiene un avance más lento, porque entre medio del científico, los experimentos, investigaciones y el público hay un proceso, pasos que se pierden en la Tecnología. Y volviendo al lenguaje, lo que no tiene la Tecnología es el relato, que sí tiene la Ciencia en todo ese «entre medio».

 

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Retomando el primer tema de la charla, Ciencia y Cultura, la investigadora dice que la ciencia es una creación humana y es parte de la cultura, y que para unir ambas tenemos a la comunicación como puente. A partir de esta conclusión, aporta el término Comunicación Literaria, donde explica que la narrativa es parte del discurso científico y que al comunicar Ciencia, debe cumplir ciertos requisitos al igual que cualquier otro tipo de libro. Lo principal es que el libro debe provocar placer al leer, que el lector elija ese texto, esa obra, y que generalmente, el hombre escoge artículos para leer de temas que lo afecten directamente. Finalmente, explica que para captar la atención de los niños en cuanto a los libros científicos se deben utilizar estrategias narrativas determinadas, tales como, rimas, elementos sorpresa, humor, disparate y paradoja, entre otros.

A modo de conclusión, esta charla nos dejó pensando en que probablemente más de una vez hayamos leído un texto científico, pero con un lenguaje adaptado a la vida cotidiana, como por ejemplo, cuando leemos un artículo sobre enfermedades, sobre cómo afecta el daño a la capa de ozono o cuando investigamos sobre la luna y los planetas. Sin querer, estamos leyendo ciencia. Lo importante es combinar la ciencia con la literatura.

Por Jimena Basualdo, Ayelén Gomez y Emiliano Vinocur. Estudiantes del Seminario Ciberculturas 2013.