La mesa dos del panel “Ciencia en los medios de comunicación” contó con exposiciones destinadas al abordaje de la ciencia en radio y medios digitales.

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No es fácil abordar la sociología desde un medio masivo de comunicación. Este es el desafío con que se encontró la Lic. Ana Maria Tavella, quien hace cuatro temporadas inició el programa radial “Pinceladas Sociólogicas”. La exposición estuvo a cargo de sus colaboradores, el Lic. Matias Corral Ballesteros, la Lic. Julia Marcheti y Gonzalo García, estudiante de 3º año de Comunicación Social. “Pinceladas sociológicas, una experiencia de comunicación pública de las ciencias sociales en la radio”, nos adentra en las estrategias comunicativas para producir un programa de radio sobre Sociología y cómo adaptar los contenidos al formato radiofónico.

 

La emisión nació hace cuatro años como un micro por la mañana en Radio Nacional Rosario hasta convertirse en un programa de una hora semanal. La Lic. Tavella cuenta la evolución del proyecto, desde que fue a golpear las puertas de la radio para proponer la idea hasta el día de hoy en que se convirtió en un proyecto de extensión de la U.N.R. El objetivo en ese momento solamente era hablar de Sociología, sin proponerse la forma más adecuada de comunicar. Luego, se unió Julia Marcheti, una socióloga de la U.B.A. quien descubrió el programa a través de las redes sociales y más tarde se sumaron Matías Corral Ballesteros, recientemente recibido de Comunicador Social en U.N.R., quien junto con Gonzalo García aportaron los conocimientos técnicos de producción y las estrategias de comunicación.

El programa propone tratar la cotidianeidad desde la sociología, lo que se convierte en un gran desafío porque… ¿cómo hacer para comunicar contenidos científicos desde lo cotidiano a través de la radio? Para ello, se decidió anclar los contenidos con diferentes audios y convocar a entrevistados. Corral Ballesteros se encarga de destacar que “la ciencia no es otro idioma que hay que traducir, sino que debemos realizar una contextualización del lenguaje científico”. Esto parte desde la concepción que sostienen de la Comunicación, no como una mera transmisión de información, sino que “el objetivo es afectar al oyente”.

La ciencia al ataque.

Con la inspiración de Luis Alberto Spinetta, un estudiante de Comunicación bautizó su micro radial sobre entrevistas científicas. “Quién resistirá cuando el arte ataque” decía el Flaco en aquella canción de La La La; a partir de este concepto Nicolás Rufine dispara sobre la ciencia. El ciclo tiene como premisa considerar lo científico como una herramienta de transformación. Para ello, Rufine entiende que se debe llevar la ciencia a la vida cotidiana, abordando temas de interés general como el desarrollo urbano y la soberanía energética a partir de la palabra científica, ya que ésta “le otorga validez al tratamiento de un tema”. Para materializar esto se apelan a entrevistas en el estudio a científicos creando una atmósfera distendida, en la que según Rufine “se sienten escuchados y para ellos es un proceso casi catártico”. Pero para completar el proceso, una de las cosas que más destaca el expositor de “Ciencia al ataque” es el ida y vuelta con la gente a través de llamados telefónicos y mensajes en las redes sociales.

Pero el viaje de Rufine con la comunicación de la ciencia comenzó un tiempo antes en el periódico El Eslabón, donde publicaba columnas de entrevistas a tesistas y docentes de la U.N.R. Luego, la sección tomó formato radial en el programa “Noticias Piratas” de Radio Universidad, hasta que se encontró casualmente con Marcelo Nocetti, quien le dio el visto bueno para embarcarse con su proyecto en LT 8. Así hoy, el micro se puede escuchar todos los miércoles a las 23 hs. dentro del programa “Sueñero”.

Razones para comunicar la ciencia.

¿Es posible la divulgación científica en los medios? Se pregunta el Lic. Daniel Pichl, de la Universidad Nacional de San Juan Bosco. La ciencia debe competir por el espacio en los medios con otras temáticas como política y deportes, las que, a partir de la investigación de Pichl, hoy por hoy, ocupan la mayor cantidad de espacio en los medios.
Pichl dice entonces que hay que “ganar la agenda”. En este contexto, destaca las propuestas de medios como canal Encuentro y Paka Paka.

Por su parte, la Lic. Silvana Di Stefano, encargada del departamento de Comunicación de la U.N.R. realza la labor de la casa de estudios en la difusión de las investigaciones que se llevan a cabo permanentemente dentro de la Universidad. “La sociedad debe conocer lo que se investiga, los resultados y también las investigaciones en curso, ya que son cuestiones que pueden resolver problemas de la comunidad”.

Uno de los problemas de la comunicación pública de la ciencia según Pichl radica en que los investigadores no necesitan de los medios para legitimar su trabajo, ya que lo realizan dentro del ámbito académico. Sin embargo, Di Stéfano remarca el cambio de perfil de muchos científicos, quienes se dieron cuenta de que sus conclusiones necesitan el reconocimiento de la sociedad y esto se logra gracias a los medios, los cuales están cada vez más ávidos de la palabra especializada de los científicos.

Por su parte, la Lic. Marcela Repossi, de la Universidad Nacional de Lanús críticó la escasez de producción propia de muchos de los medios cuando se trata de notas científicas. Según la docente, la gran mayoría de los diarios y páginas de Internet extraen el material de agencias de noticias, departamentos de prensa de institutos y agencias de noticias (pocas veces citando la fuente). El problema, según Repossi se centra en que generalmente se intenta adaptar el clásico formato de la nota periodística a la información científica. Esto no da resultado, ya que por lo general, no se logra expresar correctamente el contenido y las notas tienen poca repercusión entre los lectores. Por lo tanto, la Licenciada recomienda la comunicación de la ciencia a través de la crónica periodística y la utilización de lenguaje coloquial. En tal sentido, destaca los escritos como “La vaca sagrada” en Revista Anfibia, publicación de la Universidad de San Martín.

Por Lucía Demarchi y Guido Brunet. Estudiantes del Seminario Ciberculturas 2013.