El pasado miércoles 17 de Octubre, en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), se llevó a cabo la conferencia de Claudio Villarruel y  Bernarda Llorente “Convergencia de medios. Las tecnologías de internet y los modelos tradicionales de TV”, en el marco de la jornada por 48 horas de Comunicación Social.

En la misma, el sociólogo comentó su trayectoria como productor de Telefé, cargo que asumió en 1998, sucediendo al también exitoso Gustavo Yankelevich, que llevó a Telefé a un liderazgo que Villarruel -hijo del fallecido periodista Sergio Villarruel- supo mantener.

Además de éxitos de la mano de Marcelo Tinelli y de Susana Giménez, Villarruel armó a lo largo de estos años productos como «Resistiré», «Montecristo», «La Niñera», «Mosca y Smith», «Televisión por la identidad», «Hermanos y detectives», «Poné a Francella», «Casados con hijos», «Historias de sexo de gente común» y «Vidas Robadas», entre otros.

Villarruel resistió el temporal que significó la ida de Marcelo Tinelli a Canal 9, primero, y luego a canal 13, sumado a algún que otro año sabático de Susana Giménez, apelando a ficciones y a realities tales como «Operación Triunfo» y «Gran Hermano».

A pesar de los cambios en la competencia, Villarruel enfrentó a canal 13, a Tinelli y a las exitosas tiras de Pol-ka, reteniendo un liderazgo que cumplió 10 años.

En la charla, el productor opinó: «Un punto importante es que los lenguajes televisivos han cambiado o, mejor dicho, que exigen un cambio; las nuevas generaciones hoy tienen distintos intereses, como Internet, y el gran desafío hoy de la televisión abierta es dejar de perder espectadores. Nosotros estamos intentando un modelo en el que volvemos a apostar a la creatividad y con muchos menos recursos, porque tiene que ser un modelo sustentable.»

TV y de ON TV Contenidos

Villarruel  sostiene que la televisión digital  logrará imponerse y cree que el avance más significativo que esto representa, y que deriva lógicamente de que crezca la oferta de productos pensados para la nueva televisión, es que la gente tendrá mayor amplitud de elección. Hoy por hoy, como están dadas las condiciones y a la sombra del rating, pareciera que toda la programación estuviera obligada a poner los mismos contenidos al aire para poder subsistir, como si fuera una fórmula acabada y no pudieran salirse de esa estructura. En cambio, en la televisión digital, el hecho de poder experimentar sin tener esa presión constante del liderazgo es una situación muy atractiva. Se sigue conservando el gustito de la programación y de poder inventar nuevas cosas en televisión, pero es un modelo en que todo se está por inventar, dando realmente la posibilidad de proponer nuevos contenidos y darle a la gente la libertad de elegir.

Asimismo, la politóloga Bernarda Llorente afirmó: “Es natural el hecho de querer ser visto por el otro, pero estamos convencidos de que la agenda diaria no puede estar marcada por el rating y que hay que empezar a ponderar lo que se hace por sobre el número que se hace.”

Televisión por la identidad

Es una serie de televisión integrada por tres unitarios dirigidos por Miguel Colom, producida y transmitida por Telefé Argentina en 2007 y publicada como DVD en 2008 por Página/12, ganadora del premio Emmy en 2008. El ciclo está integrado por tres capítulos dedicados, cada uno, a un niño desaparecido por apropiación de las fuerzas de seguridad durante la última dictadura militar (1976-1983) y recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo. Durante la misma desaparecieron alrededor de quinientos niños, la gran mayoría de los cuales se tiene la certeza de que están vivos, habiéndose recuperado 102, a septiembre de 2010. El programa fue parte de un proyecto de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, con el fin de crear en la sociedad conciencia sobre la situación de los niños que aún permanecen desaparecidos y privados de su identidad. Fue declarado de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, recibió el Premio Clarín Espectáculos como mejor ficción unitaria y cuatro Premios Martín Fierro, entre ellos el de mejor unitario o miniserie del año. En 2008 recibió el Premio Emmy Internacional a la mejor película de televisión o miniserie, siendo el primer ciclo de habla hispana en llevarse ese galardón.

Antecedentes

Televisión por la identidad es un proyecto de la productora de Contenidos «Los Puentes de la Memoria» junto con la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Forma parte de un proyecto más amplio de movilización del arte para llegar masivamente a la población y a los propios nietos desaparecidos, que desde fines de la década del 90 comenzaron a volverse adultos y que en la gran mayoría de los casos desconocen su verdadera identidad, aunque probablemente puedan tener sospechas al respecto.

El dato de la edad de los nietos desaparecidos es determinante, porque al crecer y volverse adultos, su recuperación ya no depende tanto de los apropiadores que les ocultaron su origen, como de sus propias decisiones, dudas y miedos interiores. Teniendo en cuenta esta realidad, las Abuelas de Plaza de Mayo comenzaron a buscar modos más masivos y profundos de llegar a la población y, de manera directa, a los nietos aún desaparecidos. En ese camino recurrieron a los artistas para impulsar iniciativas por disciplina, con los nombres de «teatro por la identidad», «cine por la identidad», «rock por la identidad», «pintura colectiva», «gráfica para las Abuelas», etc.

Televisión por la Identidad tuvo como antecedente e impulso, la masividad alcanzada por la telenovela Montecristo producida y transmitida por Telefe durante 2006 y realizada por el mismo equipo. La telenovela incluía, centralmente en su trama, la situación de los niños secuestrados-apropiados y la organización de un sistema de partos clandestinos y adopciones encubiertas, organizados por el último gobierno militar. La gran difusión popular de la telenovela llevó a una amplia difusión de la problemática de los bebés robados durante la dictadura y la tarea de las Abuelas de Plaza de Mayo.

Telefe aceptó el proyecto y lo produjo a través de su área Telefé Contenidos, dirigida por Claudio Villarruel y Bernarda Llorente. Televisión por la identidad forma parte de un proyecto más amplio que incluye también las áreas artísticas denominadas «Teatro por la Identidad» «Música por la Identidad», que se llevan adelante con éxito desde 2004, utilizando la movilización del arte para llegar masivamente a la población y a los propios nietos desaparecidos. El proyecto ha reactualizado, desde una perspectiva optimista, el debate sobre la televisión y su función cultural y social, sobre todo en referencia a la proliferación de lo que ha dado en llamarse televisión basura. Al respecto, Bernarda Llorente, codirectora artística del ciclo, sostuvo:

“Uno puede encontrar o generar fisuras en la industria para canalizar sus compromisos en la pantalla. Nosotros creemos que la TV no es sólo rating. Nosotros podríamos hacer una televisión con menos apuestas, subestimando a la audiencia y haciendo sólo la TV de lo posible o de la fórmula segura. Telefé siempre apostó a abrirle el juego a la TV de lo imposible, según la lógica que impera en la industria, a partir de un compromiso básicamente personal que tenemos con la realidad. Poder unir el trabajo con las partes más profundas de tu conciencia es un privilegio. Un privilegio que uno tiene que pelear, ganar y arriesgar; no es gratuito. Es una elección en la que está embarcado todo el equipo. Para este proyecto se rompieron las reglas burocráticas del trabajo para atarse a las reglas del corazón, la conciencia y el compromiso. Hay un montón de gente que no sólo apuesta a hacer una televisión distinta, sino que también imagina una realidad diferente. “

Primer capítulo: Tatiana.

El primer capítulo del ciclo es la historia de Tatiana Ruarte Britos y su hermana Laura Jotar Britos, la primera nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo, en marzo de1980 cuando aún subsistía el régimen militar.

Tatiana y su hermana quedaron abandonadas cuando tenían cinco años en una plaza de Villa Ballester (Gran Buenos Aires), luego de que sus padres fueran secuestrados durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) y fueron dadas en adopción sin realizar ninguna averiguación sobre el paradero de los padres. Las niñas se criaron así sin conocer su verdadero origen.

Los adoptantes de ambas niñas, el matrimonio Sfiligoy, es uno de los pocos casos de padres adoptivos de buena fe (solo 14 casos). Jamás habían ocultado su origen a las niñas y en cuanto tuvieron conocimiento que las niñas podían ser hijas de desaparecidos secuestradas, se pusieron a disposición de las Abuelas de Plaza de Mayo y la justicia, facilitando en todo los posible la situación. Tatiana y Laura siguieron viviendo con los Sfiligoy.

Al final Tatiana Ruarte personalmente, junto a su hija mayor, reflexiona frente a la cámara sobre su vida, sus padres y madres, sus abuelas y su propia condición de madre. En un momento dice que «cada nieto encontrado es como volver a nacer».

El capítulo cierra con la canción Palabras para Julia en versión de Mercedes Sosa, un famoso poema que escribiera para su hija el poeta catalán José Agustín Goytisolo y al que Paco Ibáñez le puso música. (Ver canción). Otros temas musicales del capítulo son Cuanto tiempo más llevará de Serú Girán, acompañando el mensaje de la lentitud de los procesos psicológicos de recuperación de la memoria por parte de los niños recuperados, y el coro gritado de The great gig in the sky (El lado oscuro de la luna) de Pink Floyd, en el momento crítico en el que Tatiana recuerda todo.

En la conferencia dictada, los productores compartieron abiertamente sus experiencias y su postura frente a la estructura actual que determina la programación televisiva. En la jornada se generó un ambiente de debate,  donde las personas presentes, en su mayoría estudiantes de la carrera de Comunicación Social, pudieron realizar sus preguntas a las que tanto Villarruel como Lorente, accedieron a contestar. En este espacio, se logró poner sobre el tapete las condiciones a las que se encuentra sometida la producción en el medio masivo de la televisión, el cual se ha visto modificado y ha mutado por la proliferación de otros nuevos medios cuyas propuestas no le son ajenas. En este sentido, Internet se abre como un nuevo canal en el que puede circular mayor cantidad y variedad de contenidos multimedia,  funcionando bajo una lógica diferente. Los conferencistas instaron a reflexionar sobre los mecanismos que operan en este nuevo modo de consumo, del que podría verse contagiada la lógica televisiva. Con todo, el panorama que plantearon Villarruel y Llorente es el de una diversificación en los productos culturales y, por lo tanto una visión optimista en pos de la progresiva ampliación de la libertad de elección del consumidor.
Por Henderson, Daiana,  Pironti, Aylén y Reyes, Florencia