El e-commerce en pandemia mantuvo un crecimiento exponencial. Así lo indican las distintas estadísticas que existen alrededor del mundo sobre la venta online. Por solo tomar un ejemplo, Tienda Nube, la plataforma líder de e-commerce en Latinoamérica, anunció en su último Informe Anual de Comercio Electrónico que su facturación creció un 557% en 2020, con respecto al 2019.

 

Resulta evidente que la imposibilidad de salir a las calles convirtió el negocio web en la opción privilegiada de compra y no en una opción más. Por otro lado, y según las estadísticas de e-marketer, Argentina tuvo el crecimiento más rápido de e-commerce en el mundo post pandemia, lo que se explicaría por contar con una elevada penetración de internet y alta tasa de accesibilidad a teléfonos inteligentes.

Un informe del INDEC es claro al respecto: el 90% de los hogares que cuentan con computadoras tienen acceso a internet. Además, en la Argentina, 88 de cada 100 personas emplean teléfono celular.

Pero detrás de las cifras hay historias de vida. Tuvimos la posibilidad de dialogar con tres emprendedoras de nuestra ciudad y conocer cómo hicieron frente a la coyuntura que nos trajo el COVID-19. A poco más de un año de la crisis pandémica, realizamos un balance.

Saber aprovechar los contextos únicos: El caso de Towanda

Towanda es un emprendimiento de la ciudad de Rosario que ofrece servicios de diseño gráfico e impresión. A 7 años de haber comenzado el proyecto, pudimos dialogar con una de sus creadoras, Virginia Bartolucci y conocer qué cosas cambiaron durante el nuevo contexto.  Nos habló de un cambio en los públicos y en el método de pago. Sobre el uso de redes sociales, Virginia nos contó que su principal canal de concreción de ventas es Instagram, siendo Whatsapp el que se lleva el segundo puesto.

El desafío para sus creadoras implicó mantener su emprendimiento en pie, pero rearmarlo casi por completo. En el caso de Towanda, el contexto de pandemia catapultó el negocio.

 

 

Ser creativo para hacerle frente a la adversidad: El caso de Aldana Rinaudo

Aldana Rinaudo es una diseñadora de la ciudad de San Jorge que se dedicaba a confeccionar vestidos de fiesta. Las fiestas: una de las actividades sociales que quedó como recuerdo del mundo sin pandemia. Sin fiestas no hay vestidos, sin vestidos no hay trabajo.

La cancelación por tiempo indeterminado de eventos multitudinarios o lugares donde asiste mucha gente fue una de las primeras medidas tomadas a comienzos de la pandemia. Como resultado, shoppings, cines, teatros, recitales y fiestas de todo tipo se vieron obligados a cesar hasta nuevo aviso. A quienes trabajan en este rubro les significó todo un desafío.

Fue así que Aldana, en mayo de 2020, inicia su showroom y abre en redes sociales su propia marca: Aldana Rinaudo, con una colección de ropa urbana. «Ahí fue cuando decidí reinventarme haciendo mi propia producción de ropa.»

Su marca cuenta con una página de Facebook y una cuenta de Instagram, que suele ser el canal donde se concretan la mayoría de las ventas. «Las redes fueron y son mi vidriera. Pienso que un negocio que hoy en día no tiene redes o no están activas, no existe. Porque hoy más que nunca todos miramos primero las redes, consultamos tal vez algo por mensaje y si todo eso nos convence recién ahí vamos al lugar.»

La indumentaria implica tener que probar eso que se está comprando, con una mayor rigurosidad que otros productos. «Al tener showroom en mi casa, pude seguir atendiendo a la gente acá. Y cuando se complicaba por las restricciones, trabajé más que nada con pedidos, pero a mis clientas siempre les ofrecí la posibilidad de pasar porque al ser ropa necesariamente tenés que medirte.»

En el caso de Tienda Aldana Rinaudo los balances son distintos:

«Creo que tuvo mucho que ver el entender lo que estaba necesitando la gente, hoy más que nunca, comodidad. Empecé con cuatro conjuntos de morley, y hoy estoy lanzando cuatro líneas de nueva ropa, más la compra y reventa de otras marcas para ofrecer más opciones a mis clientas.»

Mejor digitalizar que lamentar: El caso de Paula Bilbao bags

Otro es el caso de los emprendedores que ya venían usando redes sociales para promocionar sus productos y contaban con todo digitalizado antes de que llegara la pandemia. Estamos hablando de Paula Bilbao y de su marca de mochilas y carteras que lleva su mismo nombre.

«Ya antes de la pandemia me manejaba con todo digital, entonces no me surgió como algo imprevisto o difícil, sino que ya le había terminado de dar forma. Está todo muy digitalizado, lo que sí durante la cuarentena empecé a hacer envíos solamente.»

La marca Paula Bilbao bags nació en 2019 cuando Paula le ofrece a un amigo que tenía una marroquinería lanzar su propia marca. Se centró en crear no solo una marca, sino también darle una identidad y generar buena presencia en las redes.

«Lo creé con la idea de darle una identidad y empezó a crecer hasta llegar a ser lo que es hoy. Siempre lo hice todo sola, ahora tengo una amiga que me está ayudando. Tenemos Instagram, Facebook, TikTok un poco abandonado pero está ahí queriendo empezar a evolucionar, y tenemos página web. Yo me encargo de tomar los pedidos cuando son por Instagram, y por la web la gente lo hace sola.»

Son muchos factores los que se conjugan para determinar el crecimiento o deterioro de un negocio. Y no todo puede analizarse desde la perspectiva del comercio en línea, pero hay algo que no tenemos dudas y es que el e-commerce como modo preferencial de compra, llegó para quedarse. ¡Ya no hay vuelta atrás!

 

Por Linet Torres Calisaya, Belén Frenda, Guillermina Onega y Emilia Cardoso, estudiantes del seminario Cibercultura, ciclo 2021.