En el marco del día del periodista, Washington Uranga y Teresita Vargas brindaron un conversatorio en la Biblioteca Popular Pocho Lepratti bajo la temática Comunicación en los medios comunitarios, bajo el lema Hacer comunicación en medios comunitarios, en y desde la comunidad. A continuación, una síntesis de la conversación.
Los dos especialistas en la temática reflexionaron sobre cuál es el rol del comunicador social, cuál se piensa que puede llegar a ser y cuáles son las expectativas que los otros ponen sobre los comunicadores, ya que , seguramente son distintas. ”Es un espacio de negociación permanente, en donde también tenemos que hacer pedagogía de la comunicación” expresó Vargas y agregó que dicha negociación es entre lo que nosotros decimos y creemos que somos, y las aspiraciones que los demás tienen de nosotros.
En lo que respecta a la importancia de la comunicación comunitaria, que fue el eje central de la disertación, Washington Uranga explicó que tanto la comunicación comunitaria como la popular, no son un instrumento de los medios, sino que se definen por el sujeto y el actor que hacen la comunicación. Es decir, hay muchos modos de hacerla, el tema es quién la hace y cómo la hace. En otras palabras, pensar en este comunicar en y desde la comunidad, como el sujeto que interviene en la producción del proceso.
El papel fundamental del comunicador es poder definirse como un estratega capaz de hacer efectiva la comunicación como derecho, capaz de articular los saberes distintos que coexisten en los espacios de entre aprender, donde la clave también es “alimentar la escucha entre una multiplicidad de voces”, porque no hay uno solo, sino muchos modos de hacerla.
Teresita y Washington coinciden cuando piensan al comunicador como un sujeto que suma nuevos sentidos al proyecto colectivo, como un sujeto que, según Uranga, “articula el debate público en un espacio que también es público”. Y para esto, remarca Vargas, es necesario pensarnos no sólo como sujetos políticos, y por ende de transformación, sino también, como trabajadores de la comunicación”. Los comunicadores deben ser multifacéticos, creativos, posicionarse y construir su mirada crítica a partir de nuevas estéticas -otra de las categorías abordada por Vargas- “pensarse a uno mismo de manera compleja, y de esa forma, pensar en proyectos de comunicación superadores”.
En la sociedad en la que vivimos no podemos pensar en una disociación entre comunicación y política. La comunicación es una prolongación de la política y viceversa. Entonces, cuando hacemos comunicación en medios comunitarios lo que estamos haciendo es política. En este sentido Washington aclara: “No estamos haciendo política partidaria, estamos haciendo política desde una perspectiva de transformación, y sobre todo, de una mirada política que se apoya en la restitución integral de derechos. Los derechos humanos son derechos fundamentales y necesitan ser restituidos en nuestras prácticas”. Estos derechos son cercenados constantemente y es, según los expositores, la labor de los actores comunitarios y populares restituirlos. De este modo, la comunicación comunitaria es entendida como acción y se convierte en un espacio de disputa simbólica por el poder.
Para contextualizar, Washington enfatizó el desguace que sufrió la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley 26.522) en el 2015, que impactó directamente en los medios comunitarios y populares. “Lo que se hizo y se siguió haciendo como política de comunicación fue arremeter contra derechos adquiridos, arremeter contra lo que se había logrado avanzar en función de una comunicación más democrática y más participativa”, explicó Uranga y continuó: “La situación hoy de los medios comunitarios es más grave, porque el nivel de concentración de la propiedad es mucho más grave, y porque además se le han quitado posibilidades a los medios comunitarios”.
Para finalizar, la expositora resaltó que los comunicadores y comunicadoras, tienen la responsabilidad de construir argumentos para que otros y otras puedan distinguir política, y puedan generar espacios de convivencia; deben ser mediadores de discursos.
Por Regi Cirera, Sara Infante, Eugenia Cavagliato, Valentina Fernández y Lucía Cassissa, estudiantes del Seminario Ciberculturas, ciclo 2019.