Si preguntaste alguna vez por saber quién es esa persona, seguramente te habrán contestado con el nombre. Nada por fuera del sentido común. Sin embargo, no nos alcanza con conocer a ese individuo sólo para diferenciarlo de los demás por una cuestión fonosintáctica. Conocer a una persona por su nombre, es también conocerla por sus estudios, por un trabajo, por una actividad que desarrolla en su tiempo libre, hasta por las emociones con las que se maneja. Y en las redes sociales somos eso, somos esas prácticas que compartimos y que nos definen.
Para Leo Larrea Velazco, esto es fundamental a la hora de desarrollar una estrategia comunicativa que nos de a conocer como profesionales en un ámbito como el de las redes sociales. Locutor de FM Vida y ahora con una maestría en Marketing y Comunicación Digital, asegura que “somos personas que trabajamos” y que lo que uno quiera mostrar de lo personal “tiene que estar enfocado al tipo de trabajo” que uno realiza. Nombre y profesión, estrategia y posicionamiento, son las claves para saber cómo llevar a cabo un negocio a partir de uno mismo, utilizando nuestro propio nombre como una marca persona.
MyE: ¿Por qué hablamos de marca personal en redes sociales?
LV: En las redes sociales tu nombre es un producto. Ya no refiere solamente a una persona, sino también a las actividades que realiza o a los servicios que brinda. Y en realidad siempre fue así, porque vos cada vez que nombrabas a una persona, generalmente la relacionás con una profesión. Por eso, hoy el nombre de una persona es algo más que una distinción: es un producto y una forma de ejercer esa profesión.
Mucha gente antes tenía proyectos personales bajo el nombre de una empresa. A mí me pasó: yo tenía una consultora llamada Ojo Social Media y nadie daba crédito de ese nombre porque la gente te decía “contratalo a Leo” o “quiero hablar con Leo”. La clave está en saber cómo diferenciar ese nombre junto a esa profesión de otros nombres que ejercen la misma profesión.
MyE: ¿Se puede entender a esta práctica como una tendencia?
LV: Sí. Los medios antes no te dejaban mencionar marcas, ahora tampoco quieren que menciones a personas. Yo con decirte el nombre de una persona ya estoy haciendo referencia a un fotógrafo, un organizador de eventos, quien sea. Entonces el nombre empieza a ser publicitariamente una marca con peso. Si saludo a tal persona, estoy saludando también a un producto.
MyE: ¿Crees que el fácil acceso a un dispositivo haya influido en posicionarse uno mismo como una marca?
LV: Antes una empresa se valía por su estructura, por la cantidad de computadoras o de metros cuadrados. Los trabajadores sentían orgullo por tener una tarjeta de la empresa. Hoy la tecnología ayudó a que los medios sean de fácil acceso y que vos puedas construir tu marca sin necesitar de tanta infraestructura y desde un lugar más natural. Ya no hace falta refugiarse en una empresa para tener seriedad.
Veo muchos proyectos de marca personal con un nombre de fantasía y se les hace más difícil la comunicación porque hoy la gente quiere conocer la intimidad de las personas. No queremos ver qué hacen las empresas sino quiénes y cómo lo hacen. Por eso seguimos más a personas que a empresas y por eso la tendencia de influencers. El fácil acceso a la tecnología cambió la forma de comunicar.
MyE: ¿Por qué legitimamos más a personas que a empresas?
LV: Porque en las personas está lo genuino. Hoy a las empresas se les hace más difícil porque quieren hablar como personas. Y las personas ya pueden hablar directamente como personas. Hay empresas de comunicación muy preocupadas por la popularidad de ciertos conductores o ciertos personajes. Ya no comunican solamente en un medio sino que también están comunicando desde sus propias redes. Y para los medios de comunicación eso no está nada bueno.
MyE: ¿Existimos fuera de Internet? ¿Se desconfía si uno no está en las redes sociales?
LV: ¿Por qué no estar en las redes sociales si en definitiva todos están ahí? ¿Por qué vos no vas a estar? Eso no significa que todo el mundo necesite ejecutar una estrategia para estar en una determinada red pero a lo mejor sí estar.
A lo mejor el emprendimiento que tengas o la empresa para la que trabajes no elija Instagram para comunicar. Pero quizás si tiene un perfil y otros canales de contacto. A mí me parece que te estás quedando afuera. Excepto que quieras tener algo demasiado selecto, algo con un público demasiado específico en donde vos sepas quiénes son tus clientes y que no te represente nada hacer esa inversión.
A mí me pasó hace poco que se me voló un vidrio y puse “vidriería” en Google Maps y me fui a una a 5 cuadras. Al mes descubrí que a la vuelta de mi casa había una. Entonces entré y le dije “no te compré porque no te encontré en Google Maps” así que les aconsejé que alguien los incluya.
MyE: ¿Cómo crees que la gente debería actuar frente a la disyuntiva entre lo que es puramente comercial y lo que es personal?
LV: Yo creo que ahí está la historia. Lo que vos puedas mostrar de lo personal tiene que estar enfocado al tipo de trabajo que vos haces. Todo lo que yo muestre a lo mejor tiene que ver con la intimidad de mi oficina o la forma en que trabajo. Ahora, si es personal pero no se puede vincular con la actividad que estoy haciendo, no deja de ser una estrategia, podes optar o no, pero hoy ya la vida no se puede dividir en lo profesional y lo personal. Somos personas que trabajamos.
MyE: ¿Cuál sería una recomendación para los pequeños emprendedores que quieran hacer crecer su marca personal?
LV: Creo que hay que dividir el trabajo en dos. Por un lado, le pones determinado tiempo de trabajo a un proyecto específico. Por ejemplo el trabajo de un artesano. El 80% de su tiempo está dedicado a fabricar esas artesanías. Lo que yo haría es dedicarle un 40% a esas artesanías y otro 40% a la comunicación. El 20% restante lo dejaría para mi vida personal. Equilibrar la calidad del producto con la calidad de la comunicación.
MyE: ¿Cuáles son los motivos para optar más por la publicidad digital que por la publicidad física?
LV: Primero el costo. Después la veracidad: podés medirla, ver si realmente funcionó o no, lo podes controlar vos. Antes tenías que confiar en un rating o una supuesta tirada de un diario que, a pesar estar impreso, tampoco significaba que llegaba a una cantidad determinada de gente. Hoy me parece que es menor la inversión, y los otros motivos son la veracidad y la posibilidad de ejecutarla vos mismo.
MyE: ¿Cómo crees que está la situación del mercado en relación con lo comunicacional en Argentina?
LV: Creo que la inversión en este tipo de proyectos es clara para poder diferenciarte. Si vos tenes un negocio, algo tenes que hacer. Y si no tenés demasiado presupuesto, al menos podes hacer una pequeña estrategia. ¿Qué es lo que más se paga hoy? El pensar, la idea. Porque después la idea es fácil de ejecutar.
MyE: ¿Cuál es la red social que se viene?
LV: No sé cuál es la que se viene pero sé que Instagram ya llegó. Antes con Facebook comentábamos y compartíamos todo, con Instagram no generamos comentarios. Sobre todo con las historias, ya no cuenta lo que me comenta otro. Solamente veo. Y si respondo, lo hago de manera íntima. Es como que volvemos otra vez al teléfono. En definitiva, lo que hizo antes la red social fue poner lo que existía en conversaciones privadas en un espacio público y ahora parece que volvemos a tener un poco más de privacidad. Mostramos algo pero la conversación ocurre en privado y eso se genera mucho en las historias de Instagram.
Respecto a lo que vendrá, yo creo que se van a ir combinando más cosas, todo se va transformando tan rápido que ya no nos vamos a focalizar en una sola red social. Cada vez nos movemos más.
MyE: ¿Aplicas todo lo que sabes en vos mismo?
LV: No todo, no puedo. Me encantaría. Como trabajo para otras personas, lo que es para uno mismo lo termino dejando en último lugar. Siempre estoy tratando de hacerme el tiempo para subir archivos que escribo para mi blog. Creo que uno se tiene que pensar como un trabajo para un cliente. Yo todavía no logré verme así a mí mismo pero esa sería la fórmula.
MyE: ¿De quién te gustaría ser el favorito?
LV: A mí me gustaría que alguien se inspirara con algo. Si a través de algo que yo digo, hago o comparto, encuentran una posibilidad de algo, yo ya soy feliz. Quiero ser un “posibilitador de”. Si ocurre, buenísimo ¡o si se enteran que pasó avísenme porque hasta ahora no!
Por Juani Casares y Agustina Prat, estudiantes del seminario Ciberculturas, ciclo 2018.