Las realizadoras, Lucrecia Martel y Claudia Llosa, visitaron la ciudad de Rosario el jueves 20 de septiembre, en el Auditorio Fundación Astengo, dentro del marco “Santa Fe debate ideas”. Se trata de un ciclo mensual de análisis y reflexión que involucra a grandes figuras del pensamiento político e intelectual. Sobre esta línea, se pusieron en diálogo diferentes miradas sobre el mundo audiovisual, abordando el desafío que implica construir narrativas, y la mirada latinoamericana de ambas personalidades.

La argentina Lucrecia Martel y la peruana Claudia Llosa protagonizaron en la ciudad la charla/debate Pensar con imágenes, en la que se analizó la industria cinematográfica en un contexto de crisis, pero entendiendo al cine como un compromiso con la humanidad, desde el punto de vista social, cultural y político. Ambas se mostraron comprometidas con la lucha del colectivo de mujeres por la igualdad de derechos, así también con la situación de las comunidades qom y pueblos originarios.

Claudia Llosa (Lima, 1976) y Lucrecia Martel (Salta, 1966) son dos figuras referenciales del cine latinoamericano. Sus producciones cinematográficas no dejan indiferente a sus espectadores como tampoco a la crítica especializada. Tanto La teta asustada y Madeinusa, como La ciénaga y Zama, se ubican en un lugar de referencia indiscutible desde el punto de vista temático y por su resolución visual.

Toda la charla giró sobre diferentes temas, comenzado con una presentación de cada una y breve introducción de su perspectiva, trayectoria, motivaciones y proyectos futuros. A su turno, Sandra Contreras, participó como moderadora, y buscó así poner en diálogo diferentes miradas sobre el mundo audiovisual, abordando el desafío que implica construir narrativas y qué significa hacer cine en la periferia de los grandes centros de producción cinematográfica.

Para Claudia Llosa, el cine tiene que ver con esa densidad de comprender y de revelar algo, y es a lo mismo que ella aspira cuando mira una película. Su cine se basa en una experiencia propia, tanto como espectadora y como, nada más ni nada menos, que una subjetividad social. Y en este sentido, como figura femenina enmarcada en la lucha afirmó: “Queriendo o sin querer, mis personajes siempre tuvieron cuerpo de mujer. La reflexión sobre lo femenino está inmersa en el cine pero tampoco debemos pretender que sea así siempre, pero sí de una manera visceral. Tampoco quiero sentirme obligada a llevar al cine una historia así, me molesta que se hable del «cine de mujeres» o «cine hecho por mujeres», no queremos esa diferencia, hacemos cine y punto”.

Por su parte, Lucrecia Martel confesó que hace cine porque quería hablar con una persona o entrar a una fábrica abandonada y no tenía excusas. Para ella es conocer lugares y gente, y eso lo hace increíble. Para la directora no existe profesión donde la gente te cuente tantas historias o sueños que les hubiera gustado cumplir. Su sensibilidad se hizo carne en este encuentro que conmovió a más de un espectador.

En más de una oportunidad, ambas directoras explicaron su postura frente al feminismo. Más allá del compromiso, ni Martel ni Llosa consideran que la agenda actual de la lucha feminista deba estar obligatoriamente en una próxima producción cinematográfica. “Mi posición es en contra del poder que homogeniza”, apuntó Martel y explicó: “Todo el trabajo que hice tiene que ver con no avalar el status quo, mirar las cosas de otra manera, valorizarlas. Lo interesante del cine es que puede correrse de la agenda de lo inmediato, porque necesitamos pensar también sobre otras cosas».

“Hay organismos sociales y miles de periodistas hablando de lo que pasa hoy y si encima le dedicamos el cine a la coyuntura se pierde la reflexión a largo plazo. Siento que mi compromiso es mucho más a largo plazo que hablar de un tema como la lucha de mujeres, o del aborto o el femicidio, a menos que a un personaje de una historia que escriba le pueda pasar algo así, pero no quiero obligarme», manifestó Martel.  También continuó diciendo que su agenda personal no cambió, sino que cambió su actividad diaria porque ahora tiene otro ritmo. Por ejemplo, conforma un grupo de Whatsapp con las mujeres salteñas de todos los sectores: profesionales, universitarias y vecinas, con quienes se comparten noticias y organizan eventos. Por último dijjo: «Pensar que nunca fui a televisión por mis películas, sí por este movimiento femenino, donde sé que mi compromiso es estar ahí en la calle cuando haga falta”.

Lo interesante de estos encuentros con personalidades destacadas, las cuales cuentan, enuncian, denuncian, cuestionan, sobre nuestro hoy y sobre dónde estamos parados, es tener la oportunidad de comprender sus relatos y su mirada en el caso de la perspectiva cinematográfica. Martel y Llosa hicieron alusión a sus películas galardonadas en diferentes festivales internacionales. Explicando el por qué, su intención, y poniendo en debate el mensaje buscado. Martel puso en conversación varios de sus cortometrajes y películas como es el caso de Zama, precandidata a mejor película extranjera en los premios Óscar. En la misma línea, Llosa, hizo referencia a su película La teta asustada, ganadora del Oso de oro en Berlín y también nominada al Óscar en la categoría película extranjera.

Por Belén Juanto, Celeste Sánchez y Natalia Espona. Ilustración, Barto Armentano. Estudiantes del Seminario Ciberculturas, ciclo 2018.