La cultura de la humanidad está sembrada de pequeñas piezas mediáticas que esconden grandes significados. En la cultura snack, los objetos pequeños como los tradicionales souvenirs disparan su potencial textual hacia campos extensos, expandiéndose como nanomoléculas y se convierten en auténticos microrrelatos que justifican su existencia. 

 

El valor de utilidad del souvenir es equiparable, si se quiere, al de un tweet, un video de Tik Tok, o una historia de Instagram, que desde su resumen formal está materializando un microrrelato de lo que es un gran texto. Queda en la interpretación de quien lo manipula, como comprador o destinatario, la intención de rememorarlo o descartarlo. Un souvenir no tiene secretos en sí mismo, pero es el portador de grandes historias.

 

Por Liza Bianchi, Patricia Martínez Dufour, Lucía Ferretti, Nara Maiztegui y Candela Najmias, estudiantes del Seminario Ciberculturas, ciclo 2020.