Desde hace años, la utilización de tecnologías de geolocalización se ha magnificado, tanto en cantidad de datos a procesar, big data, como en la masificación de su uso. De ellas hacen uso Estados, investigadores, activistas y empresas. Carto es quizás la plataforma más completa y versátil de todas ellas. 

La información recolectada y entrecruzada por los sistemas de geolocalización tiene mucho potencial para convertirse en algo digno de ser comunicado. Acá es donde entran los sistemas de información geográficas (SIG). Entre los diversos SIG disponibles se destaca CARTO, una plataforma que permite a organizaciones y a personas manipular datos espaciales sin necesidad de instalar un software en una computadora. Cualquiera de sus usuarios puede cargar, analizar, y visualizar información a partir de la localización de datos. Asimismo, permite trabajar en colaboración con otros usuarios para crear y compartir mapas interactivos. 

Un ejemplo claro, y local, de las posibilidades que brinda la existencia de este tipo de plataformas es la publicación de Juan Chiummiento en Punto biz , en la cual hace una investigación exhaustiva sobre el caso Vicentin y comparte datos precisos sobre los acreedores de la deuda que posee la agroexportadora. La información se presenta en una infografía interactiva que permite  acceder de manera dinámica y ordenada a un gran caudal de datos recabados por el periodista.

¿Cómo usar CARTO?

CARTO busca que la visualización de datos a través de su localización inteligente en un mapa sea más accesible y realizable. La función Carto Builder está pensada para usuarios no desarrolladores, es decir que posee un diseño sencillo, sin necesidad de tener conocimientos sobre programación, ni acceso a herramientas geoespaciales avanzadas.

Para comenzar a crear un mapa primero se debe insertar un data setting: Un archivo donde se encuentran todos los datos con los que queramos trabajar, que la aplicación va a procesar luego y ubicar en el mapa. CARTO permite una amplia variedad de archivos para que funcionen como data settings, por ejemplo archivos locales de nuestra computadora, como Excel, CSV o Shapefile. Incluso, podemos subirlos desde una nube como Google Drive o Dropbox. 

Diseño y visualización

Una vez procesados e insertados todos los datos en el mapa, encontramos una amplia variedad de opciones con las que diseñar la visualización del mismo. Las más importantes son; el diseño del punto en el mapa, del cual podemos ajustar el tamaño -si deseamos que sea el mismo para todos o que éste varíe dependiendo de un valor insertado en el data setting- y el color -también, si deseamos que sea el mismo para todos o que cambie según el tipo de dato o que tenga un degradado según la progresión o disminución de un valor elegido-. A estos puntos también se les puede agregar un pop-up con una leyenda, que muestre datos más específicos.

Configuración del uso del mapa

Una vez configurada la visualización en el mapa, CARTO también brinda la posibilidad de elegir herramientas para que los usuarios puedan recorrer el mapa a su gusto. Entre ellas se destacan la Search Box, con la que decidimos que el mapa posea un botón de búsqueda o no; Zoom controls a través de los cuales permitimos que el usuario pueda acercarse o alejarse en el mapa; Scroll Wheel Zoom que nos muestra los valores de acercamiento o alejamiento de la pantalla; Layer Selector, que le permite al usuario visualizar las distintas capas que puede tener un mapa, si es que los datos están organizados de esta manera; y Show Toolbar para que aquel con acceso tenga una barra de herramientas con la que trabajar en el mapa, entre otros. 

Si bien posee muchas herramientas más, con las descriptas podemos decir que CARTO cumple muy bien con su objetivo de brindar un acceso simplificado a herramientas que pueden ser complejas para aquel que no posea demasiados conocimientos informáticos, permitiendo así una manera más dinámica de organizar y mostrar datos geográficamente.

El valor comunicacional de los Sistemas de Información Geográfica

Más allá de la utilidad comercial, el valor comunicacional que cargan es invaluable para la labor periodística y la difusión de causas sociales, así como para el Estado o empresas privadas.

En el caso de Vicentín, es difícil alcanzar a comprender con números y palabras la escala de las operaciones y deudas implicadas en el caso, pero viéndolo todo junto de forma gráfica en un mapa tiene un efecto de choque muy grande. Nos ayuda a dimensionar las proporciones de la noticia en un lenguaje que todos podemos comprender.

Es interesante conocer el origen de quizás uno de los primeros mapas informativos de la historia. En el Londres de 1854, se produce una explosión de casos de cólera. Jhon Snow (no el de Games of Thrones, sino un médico inglés) realiza un relevamiento de las muertes por cólera en la ciudad, y coloca una barra por cada muerte en un mapa del barrio londinense de Soho. Así, pudo demostrar que los casos se agrupaban alrededor del sistema de tuberías de Broad Street, que estaba contaminado y afectaba todo el suministro de agua. Una vez más, se demuestra el valor comunicacional de los sistemas de información geográfica, que encarnan su versión más moderna en herramientas como CARTO.

Pensando en un uso más local y cercano, está el caso del Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso (MIAA) de Rosario. Concebida originalmente por dos arquitectas de La Plata en 2017, la idea ha sido replicada por tres estudiantes de la Universidad de Rosario. El mapa -al que cualquiera puede agregar información- representa geográficamente casos de violencia machista como acoso verbal, físico, intentos de secuestro o exhibicionismo, entre muchas otras categorías. Cada punto en el mapa va acompañado por un breve relato de la experiencia, escrito por quien lo sufrió. De esta forma, es físicamente visible cómo estas situaciones de violencia se dan en todas las calles de la ciudad, incluso cerca de donde vivimos.

Otras opciones para crear mapas interactivos

Además de CARTO, existen otros desarrollos de mapas interactivos. My Maps, de Google, e integrado a Google Maps: el sitio que proporciona herramientas para múltiples desarrollos, que abarca servicios de geolocalización, actualiza los recorridos, el estado del tránsito, indica cómo llegar desde un lugar a otro, contemplando hasta la movilidad con la que cuenta el usuario.

También está Arqgis, una plataforma de representación cartográfica basada en la nube, que permite crear y compartir mapas, aunque como desventaja nos encontramos con límites de uso si tenemos una cuenta gratuita.

Por último, contamos con MapHub. No solo permite crear un mapa interactivo, sino que también una guía para esos mapas, incrustarlos en la web y compartirlo en las redes sociales. Hay una versión gratuita y es intuitiva y fácil de usar. Permite establecer puntos, agregar imágenes, etiquetas e importar datos en zip, JPG, PNG y otros formatos.

Adaptarse para no quedar rezagado

Si bien el recurso de presentar información mediante SIG o mapas interactivos no es nuevo, su uso se incrementó en los últimos años. En 2014, los fundadores de CARTO declaraban, al modo de Castells, que la tecnología permitía llegar más lejos, no necesariamente por la implicancia tecnológica sino sobre todo por lo relacionado a cambios culturales, a cuestiones políticas e ideológicas. 

Cuando surgió la computadora, vino a compensar la falta de memoria. Del mismo modo, los mapas interactivos permiten navegar dentro de un mar de datos y no sólo pueden desarrollarse por expertos en cartografía, sino que están al alcance de cualquier usuario.

A nosotros no nos queda más que adaptarnos porque se trata de la forma moderna de hacer las cosas. La tecnología no determina la sociedad: la plasma. Qué mejor ejemplo que los mapas interactivos para plasmar visualmente datos de todo tipo y para incluirlos en lo que decimos son los nuevos modos de comunicar en digital.

Por Elías Figun, María Pintos, Vanesa Vázquez, Nicolás Ramírez  y Ma. Bernarda Rodríguez,  estudiantes del Seminario Ciberculturas, ciclo 2021.