Por Delfina Aste, Lucas Milani y Gonzalo García, estudiantes del Seminario Ciberculturas, licenciatura en Comunicación Social UNR.
Hoy en día vivimos nuestras vidas como una extensión de la tecnología. Buscamos que dichas tecnologías sean más rápidas, elegantes y eficaces que las anteriores, pero no nos damos cuenta de que en realidad estamos repitiendo un proceso que empezó hace ya mucho tiempo.
Hace más de 10 años que todo el mundo conoce un medio tan común como es internet. El mismo puede ser definido como una red, la cual nos complementa, nos instruye y hasta nos facilita una de las más antiguas herramientas de copiado, como es la imprenta, de manera rápida, eficaz y sencilla. Pero ahora bien ¿conocemos cuál fue uno de los procesos de cambio tecnológico que más se asemejó a este suceso de internet?
Mucho se habla hoy en día del progreso y de las nuevas tecnologías que aparecen y cambian nuestras vidas. Sin embargo, a veces nos olvidamos o damos por sentado que las nuevas tecnologías son mejores que las anteriores y no nos cuestionamos el contexto en donde se desarrolló dicho cambio. Es decir, analizamos hechos pasados desde la actualidad, y terminamos obteniendo un conocimiento erróneo de lo que ese cambio tecnológico significó o significa. Así es pues, el caso de la imprenta, que desde su inicio provocó una revolución en la manera de ver y pensar el mundo tan amplia y poderosa que es fuertemente asimilable al suceso de internet.
La imprenta surgió en Europa occidental, aproximadamente hacia el año 1450, por el alemán Johannes Gutenberg. Su mejor trabajo fue la impresión de la biblia de 42 líneas, que se consagró como la copia más fiel y mejor realizada en la historia de la imprenta. En China y en Japón, ya hacía mucho tiempo que se practicaba la impresión, desde el siglo VII, pero el método más empleado era el conocido como «impresión en bloque». El bloque de madera tallado se utilizaba para imprimir una sola página de un texto específico; con el tiempo y el uso, estos bloques de madera se desgastaban. La diferencia que imprimió Gutenberg en el mecanismo de la imprenta fue crear los tipos móviles, que eran de metal, para evitar su desgaste, y cada uno poseía un carácter o un símbolo, que para construir la página se unían uno a uno en un soporte.
La imprenta causó gran sensación en países como el Reino Unido, Francia, España y sobre todo en Europa occidental. Sin embargo, en otras partes fue fuertemente resistida y temida. Ahora bien, si llevamos únicamente esta pequeña frase a la actualidad conoceremos claramente cómo el proceso de adaptación a este cambio tecnológico de la imprenta es absolutamente asimilable a lo que ocurrió en el inicio de la era de internet, ya que en ambos casos siempre se dio la puja entre el beneficio o no que brindaría dicha tecnología a la sociedad. Y a partir de allí derivan las posturas a favor o no de la utilización de la misma, que diferentes sociedades adoptaron a lo largo de la historia.
En el caso de la imprenta, Rusia tardó muchos años en aceptarla, y hasta fueron quemados talleres con la acusación de que se hacían brujerías y pecados. Los imperios turcos – otomanos también tuvieron su parte en esta resistencia. Veían a la imprenta como una forma de profanación, un atentado contra la naturaleza. Un gobernante, luego de años y años de negación, logró que se aceptara imprimir libros no religiosos, aunque no tuvo la sensación esperada. Luego, se logró que se puedan reproducir libros de características religiosas, aunque las clases altas y la iglesia estaban en contra. Se supone que esta negación venía sobre todo de la idea de que si el pueblo aprendía a leer y tenían contacto con esa información, se revelarían contra quienes los dominaban y perderían todo su poder.
Por su parte en el suceso de internet, la tecnología fue resistida por muchas entidades educativas. Dichas instituciones justificaban su desaprobación en la idea de que a partir de dicha tecnología los chicos dejarían de leer e investigar mediante libros, argumento que hoy en día es ya claramente inaceptable.
A pesar de las resistencias, en Europa Occidental hacia el año 1500 las imprentas se habían establecido en más de 200 lugares demostrando lo rápido que avanzó la imprenta en tan poco tiempo. Del mismo modo, Internet también se consolidó en las sociedades con gran rapidez, sobre todo en la cultura juvenil que por afinidad lograba entender mucho más la plataforma y su uso.
Pese a las miles de opiniones que aún se escuchan en periódicos, diarios y en la calle misma, tanto la imprenta como internet no hicieron desaparecer otras formas de comunicación. De este modo, dichas tecnologías combinadas logran mejorar la satisfacción de las necesidades humanas.
Hoy en día, ambas tecnologías, no sólo no extinguieron a las anteriores, sino que además propusieron grandes avances en la cultura de la época en la que se desarrollaron, por ejemplo: hacer crecer la alfabetización masivamente. Además produjeron un aumento de los empleos relacionados con la escritura como oficinista, vendedor de libros, notarios, o carteros en el caso de la imprenta y en el caso de internet la aparición de profesiones como analistas y técnicos en sistemas, diseñadores web, etc.
En fin, más allá de todas las opiniones y relatos que existen de las nuevas tecnologías como devastadoras y amenazantes con respecto a las anteriores, es necesario entender que el avance tecnológico no se puede pensar fuera de su contexto y que además nunca una tecnología remplazará a otra en su totalidad, sino que se crean en conjunto, se mejoran y se complementan, conviven, pero no se extinguen.
El mecanismo de la imprenta
Un proceso que empezó ya hace mucho tiempo