Hay algo que como humanidad tenemos y usamos desde larga data, se trata de los pictogramas, aquellos íconos que con su forma nos refieren algo que conocemos. En clave moderna podemos hablar de los emojis que recibimos y enviamos a diario ¿podríamos comunicarnos igual sin ellos? Sin lugar a dudas no, en esta nota intentaremos explicar por qué.

Amor, rabia, felicidad, tristeza: emociones, deseos, y más. Se ha comprobado que la utilización de signos icónicos en el lenguaje escrito hacen nuestra comunicación más fluida y certera.

Mismo emoji, distintos significados

Cada sociedad resignifica los emojis en función de sus códigos comunes. Recordemos que los que tenemos en nuestros celulares son de origen japonés, y es por esto que muchos no los entendemos ni los usamos. A su vez, lo curioso es que muchos de los que más usamos significan algo que nada tiene que ver con el significado original.

Las conejitas en Japón significan sensualidad. En occidente fueron resignificadas como fiesta o diversión.

 

Los tres monos significan, en orden: “mono no mira lo malo”, “mono no escucha lo malo” y “mono no habla de lo malo”. En Latinoamérica se han resignificado de varios modos, algunos ejemplos son: vergüenza en el primer y tercer mono, o asombro en el segundo.

En cuanto a los últimos emojis que seleccionamos, representan demonios y duendes de cuentos japoneses. En occidente se resignifican como diablos o demonios, es decir, tienen una connotación negativa.

Hay quienes dicen que los emojis reemplazan los gestos y el tono de voz en los chats escritos, y si bien no hay lugar a dudas de la vocación oral de nuestros chats, reducir los emojis a reemplazo de lo gestual sería desconocerlos como lo que realmente son: un sistema de comunicación nuevo, con sus propias reglas que se van resignificando según la comunidad que las emplea.

 

En la prehistoria, los orígenes

Desde la antigüedad, el ser humano prehistórico necesitó registrar lo que le rodeaba mediante dibujos pintados en las cuevas que habitaba. Estas pinturas rupestres se convirtieron en pictogramas, así como también lo fueron los primeros símbolos de escritura, ligados a la contabilidad y que sirvieron como respaldo para la memoria de los humanos.

 

 

Para adentrarnos un poco más en la historia de los emojis retomamos la tesis de Martín Luis Bernal y Florencia Gonella de la Licenciatura en Comunicación Social de nuestra facultad.

Van a mencionar un suceso crucial en la historia de la escritura pictográfica: la creación de la señalética. Se dio a comienzos del siglo XX y su fundamentación estaba en el constante crecimiento de la industria automotriz y la necesidad de diseñar señales que puedan ser comprendidas internacionalmente.

En la década de los noventa tuvo lugar la creación de nuevas plataformas y dispositivos tecnológicos. “El difunto MSN añadió pequeñas figuras que representaban estados de ánimo, animales y otros objetos. Le seguirían los atajos de emoticones que ahora encontramos en todos los teléfonos móviles y, así, al inicio del siglo XXI, el emoji se volvería un ser omnipresente en la sociedad occidental” (Bernal y Gonella, 2020).

 

Hoy en día, los pictogramas siguen siendo una de las principales formas de escritura, ya sea para señalizar o informar. Incluso son todavía utilizados como el principal medio de comunicación escrita en algunas culturas no alfabetizadas de África, América y Oceanía” (Bernal y Gonella, 2020).

 

De esta forma podemos decir que el uso de pictogramas ha servido para unificar palabras, expresiones, emociones y acciones, en función de que cualquiera pueda entender a qué refieren, sin importar el idioma que hablen; desde las señales de tránsito, los carteles que indican el género en los baños, hasta la infinidad de emojis que brindan los servicios de mensajería.

 

La voz de los usuarios

 

El paso del tiempo ha impactado en la definición de los emojis, definición que no es nada sencilla, la llegada de un nuevo emoji puede tardar años, los protocolos por los que pasa un ícono hasta convertirse en un emoji oficial realmente son sorprendentes. Los mismos incluyen demostración estadística de su probable uso, diseño original y prohibición de especificar marcas, entre otros requisitos.

 

En el 2015 se logró el cambio en la tonalidad de la piel de los emojis con identidad humana. Hacia el 2018 comenzaron a aparecer opciones más inclusivas atendiendo la representación de personas sordas o en sillas de ruedas.

 

Un hito para nuestra cultura fue el pedido del famosísimo emoji del mate. Todo comenzó con un pedido que duró varios meses de un grupo de usuarios que presentaron un escrito de 41 páginas explicando por qué era tan importante tenerlo. La compañía Unicode, encargados de confeccionar los populares pictogramas, no alcanzaban a entender por qué era tan importante. No fue hasta que agregaron al extenso petitorio fotos de Messi y el Papa con un mate, que entendieron que era algo propio de la cultura argentina. Después de un año de su petitorio, en noviembre de 2019 llegó el tan ansiado emoji.

Pero si hablamos de la evolución en el tiempo de los emojis no podemos dejar de mencionar que los primeros 170, allá hacia finales de los noventa, eran pixelados y si bien en esencia son iguales a los actuales, la calidad de la imagen ha dado un gran salto. Además de que se han multiplicado ¡hoy contamos con 1800 emojis en uso!

 

No sólo las telefonías móviles han comprado los packs de emojis para sus chats, las empresas de redes sociales como Facebook los consideran imprescindibles para su desarrollo. En el año 2015, esta red social posibilitó las reacciones a través de los emojis “me agrada” “me enfada” “me entristece” “me da risa” “me asombra”. Durante años se le ha demandado al gigante de la comunicación que diera la opción del “no me gusta”. El tan esperado botón nunca llegó, y la resolución del pedido derivó en los emojis.

 

Dato curioso

 

En febrero de 2020 se conoció una exhibición en el Museo Israel: Emoglifos: Escritura Pictórica, desde los Jeroglíficos hasta los Emojis, en una asombrosa relación entre los emojis japoneses creados a finales del siglo XX y los jeroglíficos egipcios que tienen unos 5 mil años de antigüedad, esta obra nos permite reflexionar sobre la importancia de la imagen en el desarrollo como civilización.

 

 

 

La egiptóloga y curadora de la muestra, Shirly Ben Dor Evian, advirtió que había emojis que se parecían a los jeroglíficos.

 

Para aquellos que les interesa el tema y quieren saber un poco más, recomendamos este documental hecho en La Paz, Bolivia sobre el uso de emojis y el cambio que representaron en la manera de comunicarnos.

 

 

 

 

Por Emilia Cardoso, Belén Frenda, Linet Torres Calizaya y Guillermina Onega, estudiantes del Seminario Ciberculturas, ciclo 2021.