¿Importa la opinión de los niños y niñas al momento en que sus padres deciden postear una foto de ellos? ¿Pueden tomar acciones legales cuando crezcan si no estuvieron de acuerdo con algún posteo? Niños, tecnología, padres y aprendizaje sobre sharenting, un anglicismo que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad).

Casos testigo

30 millones. Esa es la cantidad de copias que vendió el álbum Nevermind (No importa) de Nirvana. Esa es la cantidad de veces que se vio la foto de Spencer Elden, un niño norteamericano que no sabía que se volvería tan famoso. ¿Fue gracias o por desgracia responsabilidad de sus padres? 30 años son los que Spencer tiene actualmente y hoy, a la distancia, se dio cuenta de lo que esa foto provocó en él. Consideramos a éste como uno de los casos más emblemáticos de sharenting del siglo XX.

Estrictamente hablando el sharentig  implica el compartir contenido en las redes sociales y éste no es el caso. Sin embargo, la materia prima es la misma: la foto de un niño compartida al mundo sin su consentimiento. ¿Querés saber más sobre esta problemática? Encontrá toda la información en el video que te dejamos a continuación.

Buscando un caso más cercano podemos poner como ejemplo el de Mirko. El hijo de Marley con tan solo cuatro años cosecha en su Instagram 5,4 millones de seguidores y a sus tan solo dos ganó dos Martín Fierro Digital, siendo uno de ellos el de oro. El niño genera contenido a diario con su imagen. Al ingresar a su cuenta uno puede leer en su descripción: Cuenta sobre el hijo de Marley #mirko #marley cuenta administrada por su papá @marley_ok”. Marley publica fotos y videos sobre él, comenta sus propios posteos diciendo cuanto su hijo lo ama “en primera persona” y hasta hace que el niño reciba canjes de marcas. Como consumidores de este tipo de contenido ¿esto no nos genera nada de ruido? Mirko no decide sobre su imagen, no decide si se convierte en meme o sticker, no decide si quiere acordar con las marcas con las que trabaja. Trabaja sin saber que está trabajando. 

 

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Qué opinan los padres 

Quienes escribimos esta nota no somos padres, ni niños. Por eso, decidimos buscar el punto de vista de padres jóvenes cuyos hijos poseen edades muy dispares (10 y 1 y medio) y, por tanto, una crianza atravesada por la era digital. Sumado a esto, el padre es micro influencer y sube contenido con su hija mayor. Al consultarles acerca de este tema nos contaron que desde pequeños suben contenido de ambos tanto a Facebook como a Instagram pero que, en el caso de los videos en los que la niña participa siguiendo un guión, siempre existe una revisión previa de qué se sube, tanto de parte de ambos padres como de ella misma. 

Sin embargo, con respecto al consumo de tecnología que le permiten a sus hijos nos dijeron que: (Su hija mayor) “utiliza 1 hora a diario de computadora y plataformas de streaming alternando días, el Whatsapp lo usa en mi celular (mamá) con horarios y la televisión  también, no ve más de 2 horas al día como máximo. Porque consideramos que es necesario que tenga un espacio donde practicar actividades físicas o recreativas que no tengan que ver con la tecnología.” A su vez, al reconocer los peligros que tiene la tecnología y las redes, nos cuentan que constantemente tiene charlas con su hija acerca de los cuidados que debe tener al usar internet. 

Qué hacen los niños y niñas

Como los personajes principales de esta historia son niños menores, en la mayor parte de los casos aún no cuentan con las herramientas para poder analizar su posición o su perspectiva dentro de todo el proceso digital por el que pasan. Por eso, decidimos realizar una breve encuesta para relevar cómo es la relación de éstos con la tecnología y cómo reaccionan a diferentes eventos.

La encuesta reveló que la mayor parte de ellos comienzan a usar los teléfonos celulares a una edad muy temprana pero no así con las redes sociales. Además, se puede notar que les llama la atención verse reflejados en las fotos, generalmente divertidos. Sin embargo, la gran mayoría de los votantes estableció que “a veces” los chicos/as se notan molestos/as, disconformes o enojados/as cuando le sacan fotos o filman. Es importante que este tipo de actitudes se tengan en cuenta y no se pasen por alto, ya que es una de las únicas formas en la que los chicos tienen voz en el asunto, sumado a la posibilidad de que no tengan asimilado la magnitud de las personas que pueden reproducir esa foto o video, si es que se sube a alguna red social, o se comparte.

Herramientas legales

Ante esta problemática y a la hora de ver que se puede hacer como Estado y como padres primero cabe aclarar que en nuestro país un niño no puede, en el futuro, aspirar a denunciar a sus padres. Si bien están amparados  por la Ley 25.326 que tiene por objeto la protección integral de los datos personales asentados en internet, la herramienta que poseen y que realmente vela por esta cuestión es la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes.

La misma está encargada de proteger, monitorear y promover los derechos de las infancias y adolescencias, dentro del Sistema de Protección Integral de la Provincia de Santa Fe. El equipo de atención integral está compuesto de forma interdisciplinar por profesionales que provienen del Derecho, la Psicología, el Trabajo Social y depende del Poder Legislativo. Por lo tanto, el abordaje de las situaciones y el acompañamiento es tanto jurídico como subjetivo.

En 2018 la Defensoría lanzó la campaña #MiOpiniónNoEsMenor la cual aspira entre otras cosas a: “Deber de oír a las niñas, niños y adolescentes que gozan del derecho a tener sus propias ideas y a expresar su opinión en los ámbitos de su vida cotidiana, especialmente en la familia, la comunidad y la escuela, a participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les concierne y en aquellos que tengan interés, y a que sus opiniones sean tenidas en cuenta en todos los ámbitos en los que se desenvuelven (estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural, deportivo, recreativo)”.

 

Los niños y niñas tienen que ser escuchados y el Estado tiene que respaldarlos si esto no es así. El término sharenting no busca hacer que nadie se sienta culpable, simplemente ser un llamado de atención para que todos reflexionemos acerca de cómo cada posteo termina por conformar una huella digital que es para siempre: como la de Spencer, la de Mirko o la de cada uno de nosotros. Cada familia es un mundo, estamos aprendiendo, estamos a tiempo de hacer las cosas bien.

Por Emma Florio, Malena Fernandez, Manuel Nasif, Malena Ponce y Trinidad Ventos, estudiantes del Seminario  Ciberculturas ciclo 2021